No se trata de nada nuevo. Es la ley de los mercados que heredamos de la jungla. Quien primero se presenta como el "solucionador de problemas" (on u off line) más competitivo, tiene más posibilidades de ser la compra elegida. Sobre todo, cuando el consumidor mide cada euro como si su capacidad adquisitiva fuese en ello.
Por eso es vital para la supervivencia saber en qué grado podemos digitalizarnos y potenciar nuestras oportunidades. Igual que ocurre con las figuras de la canción, que tienen que adaptarse a las nuevas costumbres de la industria musical. Los protagonistas se han transformado y subido al carro de la electrónica.
Habíamos visto negocios que han incorporado la tecnología a sus procesos tradicionales, como Monserrat Caballé y Marta Sánchez evolucionaron en su carrera. Ahora veremos que del otro lado, hay empresas puramente digitales.
Puede ser que nacieran con un modelo 100% digital (para Amazon o cualquier fabricante de software, su relación con lo físico es casi "accidental"). O bien, puede que "emigraran" al entorno de los bits y hayan digitalizado sus procesos productivos. Y aquí radica el verdadero cambio: flexibilidad para modificar el enfoque. Con más o menos esfuerzo, pasaron de pensar "desde dentro hacia fuera" a hacerlo "desde fuera hacia dentro". Adaptan su oferta a un cliente que consume online y cada vez es más maduro.
- Empresas "Carlos Jean": Desde el principio, supo ver que internet ha cambiado la forma de consumir música. Así que comenzó realizando música electrónica. Y alcanzó el mainstream poniendo el toque electrónico a producciones de artistas más tradicionales. No es raro que se apoye en algún instrumento, pero lo maneja todo desde su mesa electrónica. Además, está muy en la cultura 2.0. Incluso ha promovido proyectos de crowdsourcing para crear música en colaboración con su público.
Traducido al entorno empresarial, encontraríamos a aquellas que viven la era de la información. Se dieron cuenta del potencial del entorno digital como negocio en sí mismo. Un mercado que a su vez aporta un know-how y una información muy útiles si hay integración. Las ".com" fueron de las primeras empresas que rompieron con parte de su cadena de producción tradicional y ofrecieron sus aviones a través de un sistema online. Convirtieron la web en un canal directo con el cliente. Y han comprendido que la distancia física ha dejado de ser un obstáculo.
- Empresas "Dj": Ya no existe un soporte físico, sino que todo el modelo se construye sobre lo electrónico. Podría decirse que es simplemente recoger para crear un producto nuevo. Pero sólo funciona cuando de verdad entienden y dominan las herramientas (y tienen cierta habilidad claro). Además, la distribución depende de las plataformas online especializadas. Así que todo es digital excepto escuchar los temas e ir a verle pinchar. Por eso se habla de cambios de paradigma y de una nueva forma de entender la música.
Serían aquellas con procesos digitalizados de principio a fin. El contacto con el entorno físico se reduce a la experiencia de consumo. Quizá porque ofrezcan directamente servicios virtuales, de e-commerce o contenidos digitales (las empresas de contenidos serían un ejemplo claro de cómo pasar de ser la Caballé a David Getta). Por eso a veces nos preguntamos ya si ver el producto físicamente es algo secundario. Como si los showrooms son ya un mero apoyo físico a la venta.).
En este último tipo, profundizaré más adelante. Y también iré concretando y detallando algunas reflexiones más. Aunque después de haber visto todo esto. Y pensando ya en empresas que tienen presencia en el exterior:
¿Somos conscientes de todo lo que la digitalización puede hacer por nosotros en el "salto" hacia los mercados internacionales?
Manejarse con soltura en los entornos digitales, nos puede abrir muchos caminos y agilizar muchas tareas. Sobre todo cuando se trata de conquistar nuevos trozos de pastel más allá del que tenemos en casa.
¿Y vosotros? ¿Habéis superado la "etapa Caballé" o estáis más por ser "Dj"?
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